Narra
Maggie.
Para
cuando quise abrir los ojos y separarme de él, todo el mundo nos
miraba.
-Me
temo que nos mira todo el mundo...- dije apenas audible, estaba
bastante nerviosa y miraba hacia abajo jugando con mis dedos.
Me
acercaba hacia la mesa donde estaban los demás y aunque nosotros
fuéramos el centro de atención, Emma y Harry no se quedaban atrás.
Tenían una buena formada.
Narra
Emma.
El
idiota de Harry no me dejaba en paz en un solo segundo. Estaba
realmente enfadada, no me agradan ese tipo de chicos.
-¿Por
qué mejor no coges tus cosas y me dejas en paz? - grité furiosa
mientras él fruncía el ceño.-Será mejor que me vaya yo, ya que tú
eres tan narcisista que no harías eso por nadie.
Me
dirigía enfadada hacia la puerta y mis amigas me miraban frustradas.
Deseaba irme de allí, ese chico me sacaba de mis casillas, pero mis
deseos fracasaron, Harry me cogió de la muñeca levemente para que
girara sobre mí misma y quedara totalmente pegada a él.
-¿Qué
te crees que haces? - pregunté irritada.
-Disfrutar
de este momento.- dijo aun pegado a mi, con esa sonrisa extraña.
Conseguí escapar de él dejándole con la palabra en la boca. Al
fin, salí de aquel bar y caminaba apresurada hacia mi apartamento.
Pero unas manos rodearon mis costados y me giré para darle un buen
puño en el estómago, cosa que no pensé dos veces y conseguí mi
objetivo.
-Has
hecho un buen gancho.- decía mientras una leve sonrisa se le formaba
en la comisura de los labios.
-Ni
aún dándote tu merecido escarmientas. ¿Me dejarás en paz?
-No,
tan simple y sencillo como eso.
Yo
solo revoleé los ojos y volví la vista hacia mi camino, aligerando
el paso. Miré a la izquierda y todavía estaba a mi lado. Suspiré.
-No
entiendo el por qué todas estas cosas me pasan a mí.- dije lo
bastante alto como para que él se enterase.
-Yo
tampoco entiendo el por qué huyes de mi.- dijo riendo entre dientes.
-Nada
más hay que verte la cara, don Juan.- dije divertida.
-Así
que ¿piensas que soy un don Juan? - puso su mano en el pecho e hizo
uno de sus mejores pucheros. Revoleé los ojos y asentí.- Te
equivocas, cariño.
Fruncí
el ceño cuando me llamó por ese estúpido nombre. Él estiró su
mano hacia mi mentón. Le quité la mano rápidamente, pero no
funcionó de nada ya que me cogió mis dos manos con una sola mano
suya.
-Dejame.
No es tan difícil de comprender. P-Por favor...- esas últimas
palabras las dije menos audibles, él se acercaba hacia mi cuello
dejando un rastro de unos besos húmedos. Hacía fuerza para librarme
de su agarre, pero su enorme mano me cubría las dos mías. Noté sus
labios presionar en la piel de mi cuello mientras las puntas de sus
rizos rozaban mi mejilla. Instantáneamente logré poner libre a unas
de mis manos y posándolas en su pecho intentando hacer algo de
distancia entre nosotros, cosa que no logré.
-Harry.-
supliqué.
El
dolor se intensificó cuando sus dientes rozaron la piel. Su risa
entrecortada inundó la oscura calle apenas habitable en la que
paramos mientras yo luchaba desesperadamente contra su retención
pero no servía de nada, él seguía succionando la sangre hacia la
superficie.
Harry
se apartó con esa extraña sonrisa dejando mi última mano, al fin,
libre. Mis dedos fueron rápidamente hacia mi cuello, aspirando una
gran bocanada de aire cuando froté sobre la zona afectada.
-Ahora
todos saben que eres mía.- dijo en voz baja.
Narra
Amy.
Después
de que Emma se fuera seguida de Harry, nos quedamos charlando un rato
más con los chicos.
-¿Qué
les pasa ha esos dos?- preguntó Maggie que acompañada de Niall se
unía a la conversación.
-Parece
que Harry ya ha encontrado a su próxima conquista- respondió Louis.
-¿Su
próxima conquista?- preguntamos Maggie y yo al unísono.
-Emma
caerá a sus pies, como han caído muchas otras- dijo Zayn.
-Emma
no lo hará, ¿no habéis visto lo mal que se llevan?- dije.
-Por
eso para Harry será un reto- dijo Liam.
Al
poco rato, decidimos que era hora de marcharnos. Los chicos se
dirigieron a su casa, y nosotras cuando íbamos a cruzar la puerta,
alguien me coge del brazo, haciendo que me girara.
-Amy,
recuerda que mañana a las 9 empieza tu turno.
-Claro,
James, aquí estaré- respondí con una sonrisa en la cara.
Narra
Sarah.
No
me podía creer lo que estaba viendo, hacía muchísimo tiempo que no
veía su cara, ni sabía nada de ella...
Cuando
terminé de presentarme me fui hacia la barra para seguir con mi
trabajo, mi mente no podía concentrarse bien en el trabajo, verla a
ella sonreír hacia que todo hubiera valido la pena. Ella era feliz
eso era lo que importaba, al fin y al cabo, era mi propósito. Había
entablado una buena amistad, al parecer, con esas dos chicas que
parecían preocuparse con ella. Emma, a ella la recordaba, siempre
había sido muy buena chica, aunque después, se volvió algo
desconfiada. Pero me parece normal después de todo lo que ha vivido.
Y luego esta la otra chica, Amy, creo que se llamaba. A ella no la
conozco, y eso puede peligrar su vida. He de hacer todo lo posible
por acercarme a Maggie, he de cuidarla hasta arriesgar mi propia
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario