Narra
Harry
Esa
mañana me levanté sonriente, rememorando los sucesos de la última
tarde. Ya había elegido presa, y no se me iba a escapar. Tarde o
temprano caería, o ¿acaso alguna chica se ha resistido a mis
encantos? No, nunca. Esta chica era difícil, ¡era un reto! Cosa que
a mí me encantaba.
Después
de estar unos minutos boca arriba, mirando hacia el techo, decidí
que era hora de bajar y ver que hacían estos abajo.
-Vas
happenin'!?- gritó Zayn en cuanto crucé la puerta de la cocina.
-Hola
chicos, ¿qué tal?- pregunté.
Niall
estaba embobado mirando su móvil, admirado y con una sonrisa tonta
postrada en su cara. Mientras Liam y Louis intentaban preparar el
desayuno; digo “intentaban”, porque ya era la tercera vez que se
le quemaban las tostadas. Y Zayn miraba el telediario.
-Hola
chicos, ¿qué tal?- pregunté alzando mi voz, pues ninguno de ellos
me había contestado.
-Bien,
¿qué tal has dormido?- por fin, Louis se dignaba a hablarme.
-Como
los angelitos- esbocé un sonrisa.
-Soñando
con la pelirroja- añadió Zayn.
-Pues
la verdad es que sí.
-Con
que ya has elegido a tu siguiente víctima ¿crees que esta también
caerá a tus pies, Señorito Styles?- dijo Louis haciendo como si
fuera una entrevistadora, con voz de pito.
-Claro,
ninguna se me resiste- me alagué.
-¡Por
fin he conseguido que estas siete tostadas no se quemen!- exclamó
Liam dejando un plato con pan tostado en la mesa.
Todos
nos abalanzamos a por ellas, viendo como Niall seguía con su móvil
sin ni siquiera inmutarse para comer.
-Nialler,
ya está el desayuno- dije hacia él.
Niall
no reaccionaba así que pasé mi mano por delante de sus ojos para
ver si reaccionaba.
Al
hacerlo un par de veces, exclamó un “Harry, ¿qué haces?”.
-Niall,
por si no te has dado cuenta y está listo el desayuno- le dije.
-Amm,
vale- dejó su móvil encima de la mesa y se dispuso a desayunar.
-Por
cierto, ¿qué veías en el móvil como para no haber notado el olor
de las tostadas, eh?- insinuó Louis moviendo sus cejas de arriba a
abajo y viceversa.
Narra
Niall
¿Y
ahora qué digo? No esperaba que me preguntara sobre lo que hacía
con el móvil, ni que se notase tanto que estaba ensimismado con ella
. Coño, Niall di algo que así sospechan más.
-Ehh...,
yo.. nada- intenté guardar el móvil en el bolsillo trasero de mi
pantalón, cuando Louis me lo quitó.-Louis, dame el móvil- dije
mientras intentaba sin éxito quitarselo de la manos.
-Vamos
a ver que estabas haciendo..- dijo mientras todos se arremolinaban
hacia él, dejándome a un lado, para no poder quitarle el móvil.
-Pero
mira a quién tenemos aquí, pero si es ni mas ni menos que Maggie-
dijo Harry, mientras sujetaba mi móvil entre sus manos.
-Dadmelo
ya.- dije.
-¿Cuando
le hiciste el esta foto? No se dió cuenta, ¿verdad?- preguntó
Zayn.
Era
algo agobiante, pero vi que no iban a cambiar de tema, era mejor
responder.
-Fue
cuando estábamos todos juntos en la cafetería, mientras hablaba con
Emma y se reía de algo que yo ignoraba, pero estaba tan guapa, que
no pude reprimir las ganas de hacerle una foto; por supuesto, ella no
se dio cuenta de que se la estaba haciendo.
Narra
Amy
Los
rayos del sol impactaban en mi cara, molestándome. Poco a poco, abrí
los ojos, hasta posar mi mirada en la persiana, la cual había dejado
subida la noche anterior. Perezosamente, me levanté a bajarla. Me di
la vuelta decidida a volver a mi cama, cuando miro al reloj de mi
mesilla. ¡¡LAS 8 Y MEDIA!! Debía estar en el trabajo a las nueve y
ayer olvidé poner la alarma.
Rápidamente,
me vestí.
Cogí
una magdalena de la cocina y salí de casa.
Llegué
al trabajo justo a tiempo, donde me esperaba Sarah detrás de la
barra sonriente.
-¿Y
esa sonrisa?- le pregunté mientras me ponía el delantal.
-Nada.-
contestó simplemente.
-Bueno...,
tu sabrás pero te veo muy sonriente.
Atendí
a un par de mesas, y recogí la barra. Mientras dejaba un pedido
sobre una mesa, alguien llamó mi atención.
-Camarera.
Me
giré y detrás de mí se encontraban cinco chicos muy guapos.
-Hombre,
hola, ¿qué hacéis por aquí?- les pregunté.
-Venimos
a tomarnos algo- contestó Zayn, dejando ver una hermosa sonrisa.
-Claro-sonreí-bueno,
¿qué queréis?
-Cinco
frappuchinos con nata y que vengáis con nosotros a una discoteca
esta noche- dijo Harry.
Cuando
Harry dijo eso, no sabía que hacer. ¿Qué le respondo? No es que me
cayeran mal ni nada, parecían buenos chicos, no como salían en la
televisión; pero..., se supone que no tenemos que tener confianza
con nadie, y menos Maggie y Emma, pueden acabar mal paradas, ya nos
arriesgamos una vez y todo salió mal por mi culpa, pero no tenía
tanta cara como para decirles que no directamente, más tarde
hablaría con las chicas sobre qué podríamos hacer.
-Bueno...,
sobre el pedido, ahora lo traigo,y... sobre lo de esta noche, tendré
que hablarlo con las chicas.- contesté, mientras me dirigía hacia
la barra para preparar el pedido.
-Espera,
-alguien me agarró de la muñeca, haciendo que mi cuerpo girara para
quedar en frente de él- toma mi número y cuando sepáis que vais a
hacer me llamas, ¿vale?- dijo Zayn mientras se iba, no sin antes
hacer un guiño con un ojo.
Narra
Emma
Me
levanté aturdida al recordar lo de ayer. Inconscientemente, lleve mi
mano hasta el cuello donde rozaba con la yema de los dedos la marca
que Harry había dejado ayer. ¿¡Cómo podía ser así de
imbécil!?¿Quién se creía que era yo?¿Y él? Ni que fuera el rey
del mundo, bueno tal vez en el suyo, pero en el mió desde luego que
no; y yo no era ninguna guarra como para tirarme al primero que
posaba un poco de su atención en mí. En cuanto, lo viese le pondría
las cosas bien claras. Ayer no pude reaccionar, tenía demasiado
miedo. Solo de pensar en que me pudiera hacer, lo que yo pensaba en
ese momento, había sufrido demasiado como para que otro me hiciera
más daño. Hice una promesa y la cumpliré. ¡JAMÁS VOLVERÉ A
CONFIAR EN NADIE, Y MUCHO MENOS EN LOS HOMBRES!
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